La
alfalfa se puede preparar en ensalada cruda, para lo cual se tendrá la
precaución de elegir las hojas más tiernas reunidas en los brotes, en
ensalada cocida mezclada o no con papas u otras verduras compactas, en
sopas, en purés y en tortillas. En todas estas preparaciones se
utilizarán los mismos ingredientes y procedimientos que cuando se
utilizan con otras verduras, como acelga, espinaca, etc. Una porción de
50 gramos, que no representan más de 2 cucharadas colmadas de alfalfa
cocida, provee al organismo aproximadamente del 16% del calcio, del 80 %
de vitamina C del 3,5% de vitamina B2 (riboflavina) y de la totalidad
de la vitamina A, que son necesarias para satisfacer las exigencias
diarias de un adulto normal que realiza trabajos livianos.
La alfalfa posee grandes propiedades nutricionales y, a la vez,
medicinales. En cuanto al primer aspecto, la alfalfa tiene más del doble
de proteínas, cuatro veces más de calcio y dos veces más hierro que la
mayoría de los vegetales.
Inclusive su composición vitamínica es superior al poseer cuatro veces
más vitamina A, tres veces más de complejo vitamínico B y nueve veces
más de vitamina E sin contar además un alto porcentaje de vitamina K
Propiedades curativas
A esta planta se le considera diurética, porque aumenta la secreción de
orina. A la misma vez que limpia los riñones, también limpia el hígado,
así como purifica la sangre en caso de que tengamos acne.
Del mismo modo, esta planta fortalece los pulmones y combate
la osteoporosis.
Vitaminas:
• A, E, B6, K y D.
Minerales:
• Calcio, Hierro, Potasio, Fósforo, Cloro, Sodio, Silicio y Magnesio.
Otras propiedades:
• Isoflavonas, Derivados cumarínicos, Fitosteroles, Proteínas, Enzimas, Fosfolípidos y Taninos.
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